Desde siempre se puede decir que ha sido así, pero en nuestros días nos encontramos en un mundo cada vez más desigual y lo peor es que tenemos interiorizado que siempre ha sido así, es decir, que por naturaleza somos diferentes y el mundo esta repartido de forma desigual.
Este hecho y el interés que se tiene que siga así, ha afectado a todas las instituciones de las que se compone nuestra sociedad y el principal problema es que también la educación está inmersa en tal problemática. No sólo eso, la televisión se ha convertido en el principal educador de una inmensa mayoría de la población, y este es el mecanismo perfecto para seguir produciendo y reproduciendo este mundo tan desigual.
Ahora nos se valora el hecho de que pienses, se valora el no pensar, o al menos pensar lo mínimo y entre unos límites claramente definidos. Los nuevos planes de estudios dejan de lado o disminuyen la importancia de asignaturas tales como la filosofía. Por que claro, la filosofía no produce y en todo caso podría frenar la producción, ya que no les puedes ensañar a los futuros ciudadanos que el mundo está mal y que podemos cambiarlo. En lugar de esto se formaran ciudadanos que nacerán inmersos en un mundo competitivo y consumista y pensarán únicamente en el aquí y en el ahora, y por supuesto en el bolsillo, porque lo que hay dentro es lo que realmente importa en estos tiempos oscuros. Si eliminamos la oportunidad de enseñar a pensar, eliminamos la posibilidad de que se produzcan cambios.
sábado, 26 de diciembre de 2009
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