sábado, 26 de diciembre de 2009

¿Hacia dónde va la educación?

Desde siempre se puede decir que ha sido así, pero en nuestros días nos encontramos en un mundo cada vez más desigual y lo peor es que tenemos interiorizado que siempre ha sido así, es decir, que por naturaleza somos diferentes y el mundo esta repartido de forma desigual.
Este hecho y el interés que se tiene que siga así, ha afectado a todas las instituciones de las que se compone nuestra sociedad y el principal problema es que también la educación está inmersa en tal problemática. No sólo eso, la televisión se ha convertido en el principal educador de una inmensa mayoría de la población, y este es el mecanismo perfecto para seguir produciendo y reproduciendo este mundo tan desigual.
Ahora nos se valora el hecho de que pienses, se valora el no pensar, o al menos pensar lo mínimo y entre unos límites claramente definidos. Los nuevos planes de estudios dejan de lado o disminuyen la importancia de asignaturas tales como la filosofía. Por que claro, la filosofía no produce y en todo caso podría frenar la producción, ya que no les puedes ensañar a los futuros ciudadanos que el mundo está mal y que podemos cambiarlo. En lugar de esto se formaran ciudadanos que nacerán inmersos en un mundo competitivo y consumista y pensarán únicamente en el aquí y en el ahora, y por supuesto en el bolsillo, porque lo que hay dentro es lo que realmente importa en estos tiempos oscuros. Si eliminamos la oportunidad de enseñar a pensar, eliminamos la posibilidad de que se produzcan cambios.

martes, 1 de diciembre de 2009

SÉ CRÍTICO Y EDÚCATE

La sociedad en la que estamos, movida por el consumismo, los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, el ritmo vertiginoso donde queremos todo rápido y sencillo, necesita que la educación se mueva a otros ritmos, ajenos a las pautas que nos indica esta sociedad del “postmodernismo”. Una sociedad en la que prima el espectáculo donde nos cegamos por las luces de neón que nos van iluminando el camino, sin pensar que ese túnel iluminado y espléndido que la gran mayoría seguimos conformes y orgullosos de ello, nos lleva a un agujero negro que nos atrae hacia un precipicio del que difícilmente podremos salir. Esta necesidad de salirse del camino de luces y andar por la senda más oscura, tenebrosa y peligrosa, es lo que le da valor al ya archimencionado espíritu crítico en la educación.

Pero, ¿quién dota de espíritu crítico a los profesores, docentes y padres de los que depende la educación de los jóvenes, de esos futuros maestros, médicos e ingenieros que serán los que lleven las riendas del futuro de la sociedad?
Esta educación debe ser recibida desde el principio de nuestros días y desde el ejemplo, esto es debido a la facilidad que tenemos las personas de copiar estereotipos, conductas o rutinas por las que nos dejamos llevar desde que venimos a este mundo, actitudes que están encauzadas a través de esa sociedad en la que prima el individualismo y el YO propio.

Todos estos motivos son los que hacen que fomentar el espíritu crítico con la finalidad del cambio sea una tarea ardua, dura e incluso, en algunas ocasiones, peligrosa. Por esto, muchas veces se hace necesaria las ya trilladas escuelas de padres, o el fomento de la crítica a través de esos “templos del saber” como son las universidades, donde son los profesores los que se forman mayoritariamente sin ser capaces de visualizar la realidad desde una perspectiva más lejana y por lo tanto, inmersos en esa sociedad misma que no les deja abrir los ojos, camuflándose en una falsa libertad de la que somos partícipes y acérrimos defensores de ella.

Como ya he referido anteriormente, es de vital importancia que los niños y niñas, desde el comienzo, tengan unas referencias claras y buenos ejemplos, reflejados en sus padres o en sus profesores, donde, a pesar de que no se les dote de una forma clara de la actitud crítica, siguiendo esas buenas actitudes se infiera esa forma de vida tan necesaria para la sociedad adulta en la que deberán vivir. Estos ejemplos en los que los niños y niñas se reflejan pueden ir encaminados a una actitud responsable frente al medio ambiente, el civismo, el respeto a los demás, etc… en definitiva, un pequeño paso para alejarse del individualismo y el primer acercamiento hacia la cooperación y la colectividad, evitando la nueva concepción filosófica sobre la sociedad y en definitiva, la vida.

Un ejemplo claro de lo que está sucediendo en la actualidad y de algo de lo que debemos huir es el siguiente vídeo.



Después de ver esto, lanzo las siguientes preguntas:

¿Es este el ejemplo que queremos darle a nuestros hijos/as?

¿Seguro que queremos que sean como nosotros?

Aún estamos a tiempo de evitar que esto continúe sucediendo, pero lo más importante,

¿Estás dispuesto a afrontar el reto?